martes, 18 de junio de 2013

Falsos profetas




Me he decidido a empezar esta línea de posts, tras un periodo de reflexión en que he discernido que no podemos quedarnos de brazos cruzados frente al trabajo de los falsos profetas de estos tiempos. Si ellos trabajan y nosotros no, estamos cometiendo una falta de responsabilidad. Recientemente he comprobado que la tarea de los falsos profetas de ensombrecer la llama del Espíritu Santo, no ha decaído y siguen con su obra.
Sé que este hilo de posts sobre los falsos profetas puede ser polémico y conflictivo, pero me parece un tema demasiado importante como para dejarlo pasar.

Un falso profeta es aquél que dice hablar falsamente en nombre de Dios; yo no puedo ser acusado de falso profeta, porque no hablo en nombre de Dios, sino en el mío propio y admito la posibilidad del error en mis razonamientos. Pero hay muchos individuos que publican mensajes en Internet diciendo que son mensajes divinos y aquí es donde se hace necesario el discernimiento. Espero que mis reflexiones ayuden a otras personas a descubrir y desechar la mentira de los lobos disfrazados de corderos y así evitar que los falsos profetas apaguen la llama del Espíritu Santo de la Verdad.

Empezaré reflexionando sobre los criterios de discernimiento que tenemos para desenmascarar a los falsos profetas y luego, iré tratando algunos casos concretos.

El principal recurso que tenemos para saber si un mensaje es falsamente profético, es nuestra razón iluminada por la fe. El Dios en el que creemos es un Dios racional, por ese motivo, sus mensajes no pueden ser irracionales. Cualquier mensaje contradictorio e incoherente descubre que el mensajero es un falso profeta. Por otro lado, cualquier mensaje que contradiga los dogmas de la Iglesia Católica, depositaria de la Verdad en el mundo, tenemos que considerarlos falsos también y por tanto también todos los mensajes de ese mensajero.

Este discernimiento que acabo de explicar, es tan evidente, que hasta los falsos profetas lo entienden e intentan evitarlo según sus capacidades. Pero a veces se equivocan y si localizamos el error, desenmascaramos su obra maléfica. Por tanto, un trabajo que hay que hacer es llevar un seguimiento de sus mensajes y analizarlos objetivamente; cuando detectemos el error, hay que denunciarlo y dejar de perder más tiempo con esos mensajes, pues la falsedad ya ha sido descubierta.

Pero a veces hace falta tiempo para descubrir ese error; mientras tanto, ¿tenemos alguna forma alternativa de descubrir a un falso profeta?. No se me ocurre ninguna otra forma de discernir de forma definitiva a un falso profeta, lo que sí puedo aportar son una serie de pistas que nos pueden llevar a desconfiar de ciertos mensajes y mensajeros.


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