jueves, 20 de junio de 2013

Ausencia de signos



En un artículo anterior ya hablé sobre la importancia de tener unos criterios claros de discernimiento sobre los falsos profetas que nos anuncian las escrituras que han de surgir en estos, los últimos tiempos.
También reflexioné sobre uno de los criterios claros de discernimiento, concluyendo que el anonimato, era un indicio razonable de falsedad, aunque no definitivo.

Creo que existe otro indicio de falsedad en el que también merece la pena reflexionar: la ausencia de signos.
Si pensamos en las apariciones de la Virgen aprobadas por la Iglesia, observamos que no hay ninguna aparición, que no haya sido acompañada por algún signo que demuestre la veracidad de dichas apariciones. Pensemos por ejemplo en el manto de Guadalupe; Dios sabe que los hombres necesitamos signos, pero no tanto para creer en Él, sino más bien para poder discernir qué apariciones son falsas y cuáles verdaderas.

En un contexto en el que abundan los falsos profetas y las falsas apariciones, me parece inconcebible una manifestación divina (del tipo que sea) que no vaya acompañada de algún signo extraordinario, que nos ayude a no confundirnos.

Actualmente tenemos el caso de los mensajes que ciertas personas afirman ser de procedencia divina y que son publicados en numerosos blogs, webs, redes sociales, etc.
En la mayoría de casos (por no decir todos), estos mensajes no vienen acompañados de ningún signo, testimonio, autoridad eclesiástica, etc. Sino que ellos se referencian a sí mismos y piden que creamos en ellos sólo con su simple lectura bajo esta premisa: “si te gusta, es porque es verdadero”.

Además, profetizan de modo muy general, catástrofes, guerras y apocalipsis, sin decir nada en concreto, ni fechas, ni lugares, ni personas,… por ejemplo: “un gran líder será muerto…”, “Chile sufrirá”, “habrán grandes terremotos”,…

La ausencia de signos se manifiesta de diversas formas:
- Profecías inconcretas y muy generales: su interpretación es fácilmente manipulable
- Repetición de los mismos mensajes una y otra vez, sin aportar contenido a los mensajes anteriores.
- Profecías que el mismo mensajero da a entender que pudieran no cumplirse: "podría desatarse la guerra", "quizás, podría, produciría,...". En definitiva, utilizar condicionales, es sospechoso.
- No profetizar sucesos importantes: desastre nuclear de Japón, huracanes en EEUU, guerra de Siria,... Durante la publicación de los mensajes, han sucedido muchas cosas que podrían haber sido oportunidades de demostrar la veracidad de los mensajes. Si no se profetiza ninguna de ellas, resulta muy sospechoso.
- Insistencia en creer en los mensajes ciegamente, sin razonar: el menosprecio de la razón, es sospechoso.
- Repetir insistentemente profecías de apariciones verdaderas: terremotos, cisma, el aviso,...

Por lo que he podido comprobar, la ausencia de signos es clara en los videntes anónimos. Por tanto, el anonimato, sumado a la ausencia de signos, es un indicio más que razonable para considerar falsos dichos mensajes.

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